Entrevistamos a Isaac, fisioterapeuta en San Pedro y Miquelón
En esta nueva entrevista de «fisioterapeuta en», nos encontramos con Isaac, un trotamundos fisioterapeuta. Aunque nos centramos en su estancia en una isla francesa perdida por Canadá, ha estado también en los Alpes, Costal Azul, Caribe o Las Landas Francesas. Una interesante entrevista que nos abre los ojos más allá de nuestras fronteras personales.
Hola Isaac, en primer lugar muchas gracias por tu entrevista.
Muy buenas a todos. Es un gusto participar en esta serie de entrevistas organizadas por Psoas Formación. Antes de nada quisiera aprovechar estas lineas para agradecer a todos los profesionales que están dando su mejor versión en esta crisis del SRAS-COV-2, crisis que no entiende de fronteras ni distingue culturas ni ideologías. Gracias valientes.
Un detalle por tu parte. Desde aquí también enviamos ánimos a todos los sanitarios que están en primera línea de batalla.
Siempre quise quedarme en Badalona
Bueno vamos con la entrevista. Aunque nos centraremos en tu estancia en las Islas de San Pedro y Miquelón. En primer lugar cuéntanos en que países y zonas de has trabajado como fisioterapeuta
Mi relación con la fisioterapia se inicia de las manos de mi hermano (diplomado antes de que yo mismo iniciase los estudios), y quien me introdujo en «gusanillo» de esta maravillosa profesión. Durante mis estudios, yo y varios compañeros empezamos a escuchar la posibilidad de trabajar en otros países europeos como Francia e Italia, y esa fue una de las razones por las que me inscribí al programa Erasmus de la Universidad. Finalmente accedí a una plaza en la ciudad italiana de Ferrara (Emilia-Romagna).
La ausencia de trabajo digno motivó mi marcha a Genova
Una vez diplomado, hice todo lo necesario para poder ejercer en Italia, aunque mi primera opción siempre fue quedarme en Badalona, mi ciudad natal. Pero ante la ausencia de propuestas laborales dignas, decidí marchar con otros dos compañeros a Génova (Liguria). Fue la primera gran experiencia laboral que tuve. Al cabo de unos pocos meses de llegar a Génova me surgió la oportunidad de cambiar de localidad y trabajo, un poquito más al norte, en el municipio de Alba (Piemonte).
Algo menos de año y medio me quedé en Italia. Pero dispuesto a continuar con las experiencias foráneas, hice todo el papeleo para legalizar mi actividad profesional en Francia. Mi primera parada fue en un pueblecito llamado Brides-les-Bains, a los pies de los Alpes. Seguidamente me trasladé a Grenoble donde permanecí hasta que decidí montar mi cuartel general en Montpellier, donde sigo a día de hoy.
Me resultaba muy fácil encontrar trabajo de fisio por Francia
Esto me ha permitido tener un punto fijo y hacer incursiones laborales de ida y vuelta en otros lugares. Gracias en cierto modo a la facilidad para encontrar empleo de fisioterapeuta en Francia, realicé sustituciones por el sur de Francia como Marsella, Dax, o la isla de Córcega. Al cabo de un tiempo tuve la oportunidad de volver a Barcelona y cursar un máster oficial en la Universidad de Barcelona, haciendo un «break» en la experiencia forastera. Al concluir el master decidí volar hacia el archipiélago de Guadaloupe, en el Caribe francés. Durante algo menos de dos años pude disfrutar de otra forma de vida. Allí inicié mi experiencia laboral como liberal (autónomo), status que aun conservo.
Al poner fin a la aventura antillesa me volví de nuevo para Montpellier, y desde hace algo más de cinco años, gestiono (y ejerzo) una clínica de fisioterapia de proximidad en esta ciudad.
San Pedro y Miquelón fue un asentamiento de balleneros vascos
¿Y cómo acabaste en San pedro y Miquelón? Unas islas francesas perdidas por «Canadá».
Me atraía el hecho de vivir en una isla en ambiente helado. Y de poder conocer a sus gentes. Fue el año pasado cuando, gracias a una pareja de amigos, me puse en contacto con el centro de gestión de salud pública del archipiélago. Envié mi candidatura, y fue aceptada. Me organicé con mi compañero de la clínica de Montpellier para su gestión durante mi ausencia, y listo.
Saint Pierre-et-Miquelon tiene la característica de ser territorio francés sin formar parte de la Unión Europea ni del espacio Schengen. Además para entrar en las islas sólo puedes hacerlo a través de Canadá. Como detalle histórico decir que fueron balleneros vascos los primeros en crear un asentamiento estable en la zona, por ello podemos encontrar una pequeña ikurriña en su bandera y escudo.
El agente de aduanas sabía que llegaba el nuevo fisioterapeuta
A nivel de papeleo fue muy complicado, o con la autorización del ejercicio de Francia te fue suficiente. ¿Imaginamos que te fue más difícil llegar allí no? ¿Cómo llegaste?
Sinceramente, siendo extranjero es complicado permanecer en la isla si no es por razones laborales, por tema de permiso de residencia y cobertura sanitaria. Afortunadamente yo ya iba con el contrato y todos los permisos aceptados previamente. Ademas el hecho de tener una gestión autónoma y una extensión de territorio pequeña, facilita la burocracia (el agente de aduanas sabia que llegaba el «nuevo» fisioterapeuta cuando aterricé). Además el servicio de recursos humanos me facilitó tanto el billete de avión (BCN-Amsterdam-Toronto-Halifax-St.Pierre) como el alojamiento. Digamos que lo complicado es encontrar la oferta de trabajo. Eso sí, utilizan la legislación francesa en tema de diplomas y equivalencias, con lo que es imprescindible estar capacitado en Francia para ejercer antes de probar esta aventura.
Los paísajes helados son increíbles
¿Suponemos que allí hablarían francés no? ¿hay algún otro idioma?
El idioma oficial es el francés, aunque dada su cercanía con Canadá mucha gente habla inglés. Igualmente la isla tiene una relación de dependencia comercial con el continente americano, dado que se deben procurar una gran cantidad de productos que las islas por si solas no son capaces de producir. Esto hace que el coste de la vida sea realmente elevado.
Cuéntanos cuanto tiempo estuviste por allí y cómo valoras la experiencia tanto a nivel personal como profesionalmente.
Estuve prácticamente dos meses y medio, tiempo suficiente para encontrar un mínimo de integración en la sociedad de Saint Pierre (Miquelon y Langlade son islas mas grandes pero muy poco habitadas). Como llegué en una de las épocas más frías (de finales de enero a principios abril) además de ver paisajes helados increíbles, pude descubrir la cantidad de actividades «indoor» que su red social proponía. Aun así, en cuanto hace bueno se aprovecha y se sale al exterior a realizar cualquier actividad. En este aspecto la experiencia fue más que positiva. Profesionalmente me permitió descubrir otra forma de organización sanitaria, tanto en el archipiélago como en el centro médico donde trabajaba.
El cirujano se desplaza a la isla para operar
¿Qué es lo que más te gustaba de tu trabajo allí? ¿Y lo que menos? Y a nivel sociocultural, qué es lo que más te gustó y lo que menos
Mi misión fue reforzar el servicio de reeducación posoperatoria, ya que hubo una serie de intervenciones quirúrgicas que se realizaron poco antes de mi llegada. Allí no existe un servicio de cirugía especializado permanente, sino que el cirujano se desplaza a la isla de Saint Pierre para tratar a la población necesitada. Igualmente pude colaborar para reducir la lista de espera para las sesiones de fisioterapia convencional. A nivel laboral me quedo con la libertad de ejercicio, la relación con mis compañer@s, y la amabilidad de los pacientes. Lo que menos me gustó fue el hecho de no poder escaparme para hacer alguna de las actividades extralaborales (bendita desgracia).
El ambiente de la isla era sosegado, despreocupado y amable
Y a nivel sociocultural me encantó el trato con la gente, sosegado, despreocupado. Igualmente la relación que tiene la gente con el clima y el mar, ya que son dependientes de ambos. Y siempre se saben divertir. Lamentablemente, a nivel personal, lo peor fue el hecho de dejar la isla, sin saber si algún día volveré.
¿Por qué te volviste? ¿Recomedarías a tus compañeros fisioterapeutas trabajar allí?
Sinceramente me hubiera quedado unos meses más, ya que además de que empezaba a integrarme, estaba llegando el buen tiempo. Pero mi sitio esta en Europa, y debía retomar mis responsabilidades en Montpellier. Si buscas evadirte en un lugar frio, aislado de casi todo, pero precioso y con gente maravillosa, por supuesto que lo recomendaría.
¡Menudo cambio cuando volviste a Montpellier!
Como ya he comentado, elegí hace tiempo Montpellier como mi lugar de residencia y ejercicio profesional. Encuentro muchas facilidades en esta ciudad, además de estar cerquita del mar, tiene de un clima fantástico, y puedo regresar a mi ciudad natal con cierta facilidad. Me permite tener una estabilidad, que modulo según mis necesidades. Y para mi eso es un privilegio.
Tal vez para la jubilación vuelva a Badalona
Por último, ¿dejarás el país galo alguna vez?¿Volverás a tu casa?
Mi objetivo inicial siempre fue el de hacer carrera en España. Pero me costó mucho entender el mercado laboral y los sistemas de elección de candidatos en muchas de las ofertas a las que me presentaba. El haber descubierto otra realidad laboral fuera de nuestro país, me obliga a ser exigente con lo que éste mismo me puede ofrecer. Nunca he cerrado la posibilidad de volver, pero todavía no he descubierto el proyecto que me estimule para regresar. Tal vez para la jubilación.
Muchísimas gracias por esta interesante entrevista. Un abrazo
¡Gracias a vosotros por contar conmigo!
Si eres fisioterapeuta, has trabajado fuera de España y te gustaría contar tu experiencia, escríbenos a info@psoas.es y podrás participar en nuestra sección «fisioterapeuta en«.
